Para mis hijas este casco es solo un disfraz, tienen mucha suerte. Para millones de niños en el mundo este casco es la única protección que tienen en sus largas jornadas de trabajo en una mina. Una vez más, Unicef nos abre los ojos con su campaña #TheUnescapeRoom y nos demuestra que juntos podemos ayudar a todos esos niños para que escapen.
Diez de la mañana de un día cualquiera. Yo enfrascada en mi trabajo diario. Mis hijas juegan, ríen y disfrutan de una de las últimas jornadas de cole antes de las ansiadas vacaciones. Ellas y yo viviendo nuestras vidas ajenas a todo lo que nos rodea. Pero entonces Unicef llama a mi puerta. Un mensajero me trae un paquete e inmediatamente se que ese paquete tampoco me dejará indiferente. Los mensajes Unicef siempre remueven y os aseguro que nunca, nunca, nunca te dejan indiferente.
En el paquete contiene un casco azul. A priori puede parecer el complemento perfecto para un disfraz de minero u obrero pero no, no es un disfraz es algo mucho peor. Este casco azul es la única protección que tienen millones de niños en el mundo durante sus duras e interminables jornadas de trabajo.
Sí, has leído bien, millones de niños en todo el mundo con cascos incómodos que se caen para trabajar en minas, canteras… Estos niños no solo necesitan un casco que les proteja de los golpes arañazos, estos niños también necesitan protección ante la injusticia y la sinrazón que padecen a diario…
¿Verdad que no puedes imaginarte a tu hijo en estas condiciones? Yo tampoco, nuestros hijos tienen mucha suerte pero 73 millones de niños en todo el mundo no tienen la misma suerte que ellos. Esos niños sufren las peores formas de trabajo y explotación infantil y Unicef lucha para que esto cambie.
Tenemos que ser conscientes de que esta realidad existe, de que ese mundo también es nuestro mundo y de que juntos, sumando, podemos cambiar mucha cosas. Por eso en Unicef han hecho este experimento social que os ánimo a ver y a compartir entre todos los que os rodean. Se trata de despertar conciencias y que todos sintamos este problema de una forma más cercana.
En el experimento #TheUnescapeRoom un grupo de personas vivieron el agobio de estar encerrados en un sinsentido del que no podían huir. La realidad de 73 millones en el mundo que están obligados a trabajar.
¿Te sumas a Unicef y les ayudas a muchas más persona conozcan esta realidad? Tú puedes ser el botón de emergencia para alguno de los 73 millones de niños y niñas que trabajan cada día en condiciones extremás
¡Gracias, Natalia, por entrar a #TheUnescapeRoom y ayudarnos a que más personas se pongan en la piel de los millones de niños atrapados en la injusticia del trabajo infantil! Entre todos lograremos acabar con esta lacra