Momentos

Verlas crecer es emocionante. Sanas, felices…  De eso no hay duda, no hay nada que me pueda hacer más feliz. Y reconozco que somos unos privilegiados. Pero a la vez resulta difícil pasar cada página, subir cada escalón, sortear cada piedra, superar cada bache o, simplemente, fundir cada etapa. Porque sentir el paso el tiempo es duro.

Duro porque pellizca el alma ver que se cierran etapas que ya nunca vas a volver a vivir. Etapas o momentos que aunque recuerdes durante toda tu vida nunca volverás a sentir como esa primera vez. Sus primeras palabras, sus primeros pasos, su primer «Te quiero mami«, sus primeras volteretas, sus primeros juegos. Todas esas primeras veces que también pellizcan el corazón y dejan huella.

Hay días en los que me gustaría detener el tiempo, poder saborear los días un poco más e incluso revivir algunos de esos maravillosos momentos. Sentir ese cosquilleo en el estómago de nuevo o dejar caer sobre mis mejillas las mismas lágrimas de ilusión. Aunque a veces duela ese pellizco en el corazón.

Y hay días en los que solo quiero vivir, vivir y vivir. Seguir viviendo momentos con ellas y seguir «sufriendo» esos pellizcos que tanto me llenan. Pellizcos tan maravillosos como este…