Ayer, nos adelantamos un par de días, para celebrar el cumple de la peque con sus amigos, un cumple de 100 según ella. Y oír eso de su boca, cómo os podréis imaginar, me pellizco el corazón muy pero que muy fuerte. Fue una tarde genial entre amigos y os aseguro que ayer el mejor regalo no lo recibió ella, el mejor regalo lo recibí yo porque verla disfrutar como disfrutó, feliz, rodeada de muchos de sus amiguitos y con ese brillo en los ojos que le iluminaba la cara es, sin duda, el mejor regalo que yo podía recibir. ¿Queréis que os cuente cómo fue este cumple de 100?
Ya sabéis que de un tiempo a esta parte he llegado a la conclusión de que menos es más, casi siempre, por eso la fiesta de ayer fue una fiesta sencilla, un reencuentro con muchos de sus amigos (a mitad del verano estos reencuentros saben a gloria) y con un único objetivo, disfrutar los unos de los otros. Creo que no se puede pedir más.
En la urbanización donde vivimos disponemos de una zona habilitada para celebrar cumpleaños, lo que facilita mucho las cosas, la verdad. Sobre todo para los que cumplen años cuando hace buen tiempo. Y además contamos con la piscina comunitaria, otra gran ayuda. Una vez reservada la sala, la peque y yo juntas dimos muchas vueltas a la temática del cumpleaños de este año. No os vayáis a pensar en nada demasiado elaborado, algo de decoración y listo. Buscando en Internte localicé Fiesta Fácil, donde compré el menaje desechable y algún que otro poster y guirnalda para decorar. Todo a muy buen precio y en menos de 48 horas lo tenía en casa.
Su hermana mayor fue la encargada de la animación de la fiesta. Estaba súper emocionada con la idea. Junto a nuestra au pair se encargó de organizar dos juegos con los que todos los peques disfrutaron un montón.
El primero fue un juego de pistas, que estaban escondidas por toda la urbanización. Jugaron en equipo y el objetivo era encontrar,entre todos, un misterioso tesoro que estaba escondido en algún sitio desconocido.
Les encantó la idea y daba gusto ver a 16 niños juntos como una piña a la caza del misterioso tesoro. Y además… ¡lo econtraron! Y, el otro juego, fue el regalo falso. Un pequeño regalo envuelto más de diez veces que se iban pasando mientras sonaba la música. Cuando la música paraba tocaba quitar un envoltorio y así hasta llegar al regalo final. ¡Menudas risas!
Con estos juegos y los chapuzones en la piscina fue más que suficiente para que la peque tuviera un cumple de 100. Disfrutó ella, disfrutaron sus amigos y disfrutamos también los mayores viéndoles disfrutrar tanto. Un verdadero gustazo la verdad.
Y aún nos queda la celebración familiar, este fin de semana haremos algo especial porque lo de cumplir años hay que celebrarlo siempre a lo grande. ¿No os parece?