¿Quién dijo que fuera fácil?

Recuerdo como si fuera ayer la primera noche en casa con nuestros bebé. Ese bebé que en el hospital no habia parado de mamar y dormir y no habíamos oído llorar. El mismo bebé que cuando llegamos a casa, durante los dos primeros días, no paró de llorar…

Recuerdo nuestros miedos, nuestros temores y nuestras angustias. Esos llantos tenían su explicación, pero en aquel momento como novatos que eramos fue dificil de llevar, la verdad. Lo recuerdo como si fuese ayer. Ya han pasado casi cinco y años y medio y recuerdo nuestras caras de aquel día a la perfección y hasta puedo oler nuestros miedos. ¿Quién dijo que fuera fácil ser madre? ¡Nadie!

Sin duda ser madre es una aventura. Una aventura llena de altibajos, baches y obstáculos pero si algo tengo claro es que estamos por naturaleza preparados para ello. Suena idilico pero es verdad. Debemos confiar más en nosotros mismos y dejar salir ese instinto que como seres humanos llevamos dentro. Ese instinto, completamente animal, que nos empuja a dar vida y nos guiará y dará claves para seguir el camino.

Y aunque nos dejemos guiar por nuestro instinto los miedos surgirán. Pero… ¿qué hay de malo en ello? Dicen que lo importante es saber gestionarlos, reflexionar sobre ellos y superar los obstáculos que nos depare el camino de la maternidad. Pero que difícil puede llegar a resultar. A veces el miedo, completamente irracional, te invade y es fácil dejarse llevar por él. Es en esos momentos cuando debemos parar y respirar.

Cuando son bebés temes por unas cosas, cuando son más mayores temes por otras y creo que ese temor nos acompañará siempre. Solo llevo cinco años de aventura, esto acaba de comenzar. No tengo ni idea de lo que me deparará el futuro como madre pero seguro que será algo grande. Espero que algo tan grande como todo lo que mi maternidad me ha regalado hasta ahora.

Y tú, ¿tienes miedo a lo que vendrá?