El otro día, justo antes de irnos a la cama, le conté un secreto a mi hija mayor. ¿Sabes una cosa cariño? ¿El qué mami? Mamá todas las noches, antes de irse a la cama, entra en vuestra habitación a veros un ratito mientras dormís. ¿Para qué mami? Porque me encanta veros dormir, le conteste.
Al día siguiente cuando las dos estábamos solas, fue ella quién sacó el tema. ¿Mami para que entras en nuestra habitación por las noches? ¡Cuéntamelo otra vez! Verás cariño, a mami le gusta ver cómo dormís, me encanta hacerlo desde que nacistéis, desde que eráis bebés y, desde entonces, lo hago todos los días.
Os observo durante un rato. Os veo dormir, relajadas, tranquilas… Veo lo mucho que habéis crecido, lo bonitas que sois y siempre, antes de irme, os acaricio y os doy un beso sin que vosotras os déis cuenta. Bueno el beso te lo doy sólo a tí que duermes en la cama de abajo, porque a tu hermana no llegó a dárselo. Es lo malo de dormir en la cama de arriba. ¿El beso sólo es para mí mamá? Sí, ese beso justo antes de irme a la cama es sólo para tí. Y algo cambió en ella, ví una expresión en su cara que me enamoró, se le iluminó la cara.
Os parecerá una tonteria pero compartir este secreto con ella ha sido algo muy especial para las dos. No estamos atravesando una etapa demasiado buena y, tanto su padre como yo, andamos como locos intentando que los malditos celos no nos atormenten demasiado. Compartir de forma única y exclusiva algo con ella le ha hecho sentirse especial y saber que cada noche hago sólo con ella eso, aún más. Porque seamos sinceros… ¿a quién no le gusta sentirse especial de vez en cuando?
Desde el día de esa conversación a solas las dos, muchas mañanas me hace la misma pregunta: ¿Anoche lo hiciste mami? Y cuando le digo que sí, ella me abraza fuerte y siempre me dice lo mismo. ¡Pues no me enteré de nada mamá! No pasa nada cariño, yo lo seguiré haciendo todas las noches. Y ella, siempre, sonríe.
El tiempo no pasa, ¡vuela! Mi princesa se hace mayor a una velocidad que da miedo. Y ahora más que nunca me encanta mantener este tipo de conversaciones con ella. Las dos solas, haciendo que se sienta especial y sientiéndome yo también especial para ella. Disfrutar de ella y que ella disfrute de mi sin interferencias. Es algo sencillo aunque a veces se complica. Y nos viene genial para intentar superar (que no eliminar) los celos. Entre todos, algún día, los conseguiremos. ¡En ello estamos!
Foto: Alberto Ramos
Me has hecho llorar. Con amor todo se puede super mami. Un beso grande para los cuatro
Dicen que el amor mueve montañas y que verdad es. ¡Un besazo!
He llorado, me has emocionado. Sabes yo también lo hago pero no se me habia ocurrido compartirlo con mi peque, hoy ya no ha podido ser pero mañana te voy a copuar a ver que pasa. Gracias.
Pues ya me contarás que es lo que te dice. ¡Un beso!