Menos es más

  El pasado fin de semana celebramos el cumple de mi niña mayor. En solo unos días la tiraremos de las orejas, ya cumple seis años y ella lleva varias semanas como loca por celebrarlo con sus amigos. Como el día de su cumple coincidía con el puente decidimos adelantar la celebración y ella feliz.

En esta época las opciones son más reducidas, dependíamos del tiempo, pero nos lanzamos y después de mucho pensarlo decidimos organizar un día de campo, sin complicaciones, sin aderezos y con un ingrediente principal, unas ganas enormes de pasarlo fenomenal.

Buscamos un sitio no muy lejos de casa. Una zona soleada, por las fechas en las que estábamos el sol nos tenía que acompañar sí o sí, con algunas mesas para poner la comida y segura para que los peques pudieran campar a sus anchas y disfrutar sin ningún tipo de limitación. Y gracias a vuestra ayuda lo encontramos. Y, además, tuvimos una suerte increíble con el tiempo, ya que el sábado disfrutamos de un día primaveral, ¡quién diría que estábamos a 28 de noviembre! Lo que permitió disfrutar del sitio aún más.

Y tanto ella, como todos sus amigos, disfrutaron de lo lindo explorando, descubriendo, tramando y jugando sin límites durante todo el día. Diversión en estado puro sin ningún tipo de aderezo; bueno, el único aderezo fue una guirnalda y unos farolillos colgados de un viejo árbol gigante que nos acompañó durante todo el día. Un balón, palos, piedras, bellotas y algunos columpios fueron algunos de los ingredientes. El resto lo pusieron ellos con sus ganas de pasárselo bien por encima de todo y su capacidad para disfrutar con las pequeñas cosas, sin preocuparse de nada.

Y una vez más han sido ellos los que me han enseñado algo. Menos es más por mucho que a veces nos cueste verlo. Siempre disfruto viendo como disfrutan. Y lo que de verdad importa es disfrutar juntos de un día genial.