Hablamos de deberes

Una de las cosas que más temía con el paso a primaria era la llegada de los deberes. Llevaba tiempo oyendo quejas y más quejas sobre el gran volumén de deberes que los niños hoy en día llevan a casa y no me gustaba nada la idea, la verdad. Sin embargo, y por suerte, nuestra realidad es otra, al menos por hasta el momento. 

Partamos de una base. Cada caso es un mundo, cada niño es un mundo, cada padre o madres es un mundo, cada máestro es un mundo y cada colegio es un mundo. En esto como en todo es muy difícil generalizar. Yo os hablo de nuestra experiencia en concreto que por supuesto no tiene, ni seguramente sea la misma que la de otro compañero de su misma clase, o la de otro niño del mismo colegio.

Los deberes han llegado, si es que a lo que mi hija trae puntualmente a casa se le pueden denominar deberes. Por normal general trae algo para hacer en casa un par de días en semana pero siempre se trata de algo muy sencillo. Ejercicios relacionados con lo que ha visto en el cole, en los que apenas dedica 10 o 15 minutos, como mucho. Los hace ella sola y siempre contenta y con ganas, por lo que nuestros miedos se han esfumado sin más.

Si es verdad que a mis hijas, tanto a  la mayor como a la pequeña, les encanta eso de hacer fichas. Al igual que les gusta jugar, pintar, correr o saltar. Para ellas es un juego y disfrutan haciéndolo. Desde bien pequeñas eran ellas las que nos pedían cuadernillos rubio para ir aprendiendo a escribir los números y las letras, de hecho los Reyes Magos se los han traído en más de una ocasión. 
Por eso para la mayor hacer lo poco que trae puntualmente del cole es como un juego. Se siente mayor y le encanta hacerlo ella sola. Y a mí no me parece mal que de forma puntual traiga algo para hacer en casa la verdad. Aprende a ser responsable y a organizarse.Por supuesto no estoy de acuerdo en los deberes excesivos y por rutina pero que traigan pequeñas tareas adaptadas a sus posibilidades, como hasta el momento, me parece incluso beneficioso. 

Mi mayor ya lleva más de dos años siguiendo el programa de matemáticas del método Kumon, algo que yo creo la ha ayudado a afrontar el tema de los deberes con autonomía y naturalidad. Y aunque muchos no lo crean ella disfruta haciendo Kumon. Es cierto que se trata de un método en el que se trabaja a diario pero si ella lo disfruta, sin duda pienso que es bueno para ella. Su hermana también ha comenzado este año y por el momento sigue los pasos de su hermana. Parece que me han saldio adictas a las matemáticas.

Y la última novedad de mi hija mayor, nunca dejará de sorprenderme, es que lo primero que ha pedido para su cumple han sido cuadernillos para hacer sudokus, como si ya no tuviera bastante con Kumon. Y es que desde que los descubrió hace algunos días en un restaurante anda como loca con ellos. Alguno, como estos de SM, caerá seguro.


Sin duda cada niño es un mundo y lo bueno sería que en los coles se adaptasen a las necesidades e inquietudes de cada niño de forma distinta, pero por desgracia en España eso es difícil de encontrar hoy en día. Por el momento mi hija se adaptado fenomenal a primaria y el método que siguen en su clase parece encajar a la perfección con ella. A pesar de nuestros temores, todo marcha sobre ruedas y esperemos que así siga siendo. 

¿Qué tal llevan vuestros peques el tema de los deberes?

Imagen: Pixabay

3 Replies to “Hablamos de deberes”

  1. Nosotros por ahora bastante bien, el paso a primaria tampoco ha sido tan duro. Simplemente trae todos los días para leer 2 ó 3 páginas de un cuento.
    Besitos!!

  2. Lo que empezó bien, sin traumas, como tú dices, está cada vez siendo peor. Cada semana traen más deberes. Cada vez es más difícil compaginarlo con otras actividades o con la vida en familia. Y claro, cada vez las familias nos movilizamos más y más protestamos.. No sé cómo acabará esto en Junio!!

  3. […] Mi época de estudiante hace tiempo que pasó y, por suerte o por desgracia, yo no tengo deberes. Los deberes son de ellas, al igual que lo son los exámenes o las fiestas o las excursiones del cole. ¡Vamos digo yo! Así […]

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